Xuan Cándano / Director de ATLÁNTICA XXII.
Alguna vez me llamaron culo de mal asiento y nunca me lo tomo a mal,
porque es cierto. Soy inquieto. También para los trabajos. Estuve en
muchos medios de todo tipo y nunca me sentí especialmente vinculado a
ninguno de ellos. No quiero decir que no tenga maravillosas experiencias
y muchos amigos allí por donde pasé, de los que aprendí lo poco que sé
de este oficio. Pero siempre tuve claro que un periodista no se debe
vincular a ninguna empresa. Ahí está una de las claves de la
independencia.
ATLÁNTICA XXII no es excepción, aunque tengo que reconocer que jamás
me embarqué en una aventura profesional tan atractiva y apasionante. Más
que una revista, ATLÁNTICA XXII es un milagro y una demostración de que
el periodismo no ha perdido romanticismo y conexión con la gente si se
ejerce con valentía y pasión. Cuando salió el primer ejemplar de la
imprenta los amigos y los más allegados nos aventuraban cuatro o cinco
números de recorrido. Acabamos de cumplir ocho años y estamos preparando
el número 50. Y todo ello sin empresa detrás, sino con la aportación
desinteresada de un grupo de ciudadanos. Sin personal liberado, aunque
con una redacción joven y entusiasta. Justo cuando se aventuraba la
muerte del papel. Y con un escandaloso boicot de la publicidad
institucional y con un acoso judicial por publicar informaciones veraces
que ha llegado al Tribunal Supremo.
Además no tenemos remedio. Si milagro es mantener esta revista
bimestral y su modesta web, ahora nos planteamos dar el salto. ATLÁNTICA
EL SALTO sería un nuevo periódico digital fruto de la colaboración de
ATLÁNTICA XXII y El Salto, un grupo multimedia nacional surgido del
desaparecido periódico Diagonal, que ha conseguido atraer al
proyecto a diferentes medios de todo tipo. Como está pensado para la
ciudadanía asturiana, aunque tendrá también contenidos nacionales e
internacionales, el nuevo digital nacerá si logramos que en Asturias El
Salto tenga 500 socios. Acabamos de iniciar una campaña para captarlos.
En tal caso ATLÁNTICA XXII aportaría dos periodistas de su redacción y
El Salto pagaría sus sueldos, en principio modestos. Son Pablo Batalla y
Rafa Balbuena, magníficos y experimentados profesionales, pese a sus
pocos años.
Los dos medios colaboran en esta iniciativa, pero sus productos están
absolutamente diferenciados, al igual que sus suscriptores, que son más
de 800 en el caso de ATLÁNTICA XXII, su fuente fundamental de
financiación. Y así debe seguir siendo. No se trata de que ningún
suscriptor cause baja en ATLÁNTICA XXII para darse de alta en El Salto,
porque eso sería un absurdo suicidio. La revista seguirá saliendo
puntualmente cada dos meses y continuará editándose su web. Simplemente
daríamos un salto con El Salto poniendo en marcha un digital destinado a
la demanda que para un nuevo medio en Internet observamos que existe en
Asturias.
Como vamos muy lejos, no tenemos ninguna prisa. Si aparecen esos 500
socios en Asturias para el nuevo digital, algo que estamos fomentando
desde ATLÁNTICA XXII mediante una campaña, el periodismo emergente,
libre, independiente y de calidad, habrá dado otro salto. Los milagros
no se producen si no se apuesta por ellos.
DdA, XIV/3497
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