martes, 28 de marzo de 2017

BUERO Y LAURA: EL TEATRO, LA MÚSICA Y LA NEFASTA GESTIÓN CULTURAL

Félix Población

Ayer emitieron por La Dos en Imprescindibles un excelente programa (El capitán Centellas) dedicado al dramaturgo Antonio Buero Vallejo con motivo del Día Mundial del Teatro. Sin ninguna duda, se trata del autor teatral español más importante de la segunda mitad del pasado siglo. Su primera y sobresaliente obra, Historia de una escalera, data de 1949. 

Tres años antes, Buero había salido de la cárcel de la dictadura, en la que había sido encerrado al término de la Guerra Civil por su militancia comunista. En prisión conoció e hizo un retrato magnífico de Miguel Hernández, cuya hondura y calidad de alma reflejó sobre todo en la mirada del poeta.*

Fue para mí muy emotiva la emisión de ese programa. Conocí a don Antonio, creo, el mismo año en que un accidente de automóvil segó la vida de uno de sus hijos, actor, en una carretera de Villalba. Poco después, Buero obtuvo el premio Cervantes. Haberle entrevistado en su casa del barrio de Salamanca supuso una de las más gratificantes experiencias humanas a lo largo de mi profesión. 

Ayer, recordando a Buero Vallejo mientras veía en la pantalla alguno pasajes de su largo currículum, me pareció especialmente emocionante comprobar hasta qué punto amó el teatro. Dias antes de fallecer, en abril del año 2000, asistió en el María Guerrero al estreno de una de sus últimas obras. Alguien que conociera a don Antonio más a fondo debería escribir lo que para ese autor supuso esa última función. Todo podría empezar con el teatrito de juguete que le regalaron siendo niño.

Es deplorable que con motivo del centenario del nacimiento de don Antonio el año pasado, la actriz Victoria Rodríguez, esposa del dramaturgo, se haya tenido que lamentar en el diario ABC de que no había dinero para volver a montar una al menos de las grandes obras de este autor. ¿Tan ciega, cerril, sectaria o inepta es la mentalidad de quienes son responsables de la cultura en este país, cuando tan pobre y escasa es la autoría teatral en España?

LA MÚSICA DEBERÍA SER EL SEGUNDO IDIOMA
Ignoro cuál va a ser la respuesta de Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid, a la invitación de esta joven alumna del conservatorio de Móstoles, pero la que importa, cualquiera que sea, debe evitar el recorte presupuestario que ha sufrido el centro.

La alumna, que se llama Laura, ha invitado a la presidenta a asistir en el Auditorio de Madrid a su próximo concierto, para lo cual adjunta la correspondiente entrada a su carta de protesta por la reducción de 100.000 en el presupuesto del conservatorio (1.274.000 euros menos que en 2009). En el sobre enviado, la joven, de 16 años, le indica a Cifuentes: "Espero que acuda, que lo disfrute, que le transmitamos toda nuestra ilusión [...], y sobre todo que le haga pensar sobre las decisiones que se están tomando respecto a este tema".
Laura pide a doña Crsitina que reflexione acerca del recorte presupuestario del centro, "segundo hogar de muchas personas, donde somos una gran familia que se respeta, se educa y se quiere". A lo que añade: "En una sociedad donde la mayoría está destinada a trabajos mecánicos y monótonos, se necesita gente artística, creativa, que llene nuestros días de color", recalca la joven en el texto, donde asegura que "la música debería ser el segundo idioma de cualquier persona".

La presidenta de la Comunidad de Madrid no ha respondido aún a la invitación, según he leído en el diario Público. Sí sabemos, en cambio, que con motivo del Día Mundial del Teatro, celebrado ayer, participó en el homenaje rendido a la fallecida actriz Lina Morgan

*MIGUEL HERNÁNDEZ IN MEMORIAM 
Antonio Compan

Hay un emocionante e imprescindible museo en Quesada (Jaén) dedicado a Miguel Hernández. De ese museo recuerdo hoy, sobre todo, la voz del poeta que nunca antes había escuchado. Es una voz llena de un brío contenido, de una pulsión lastrada, como si la voz quisiera afirmarse sin conseguirlo del todo. Como si su voz fuera una línea que vibra y se ensancha para abarcar más de lo que dice. Como si no estuviera completa. Quizá por eso, siempre recuerdo la voz de Miguel no recitando el poema que dice en la grabación del museo, sino otro suyo que habla de la dualidad, de las contradicciones, de esa duda que todos somos, y que él vivió en carne viva en su última cárcel. Es este:
El corazón es agua/ que te acaricia y canta./ El corazón es puerta/ que se abre y se cierra./ El corazón es agua/ que se remueve, arrolla,/ se arremolina, mata.

DdA, XIV/3499

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