Félix Población
A la tan repentina como crudelísima guerra de Siria,
iniciada oficialmente en febrero de 2011, dedica El viejo topo de este mes
su tema de portada, con dos artículos que se desmarcan totalmente de lo que
estamos acostumbrados a leer habitualmente en los medios convencionales de comunicación. Por eso la revista siempre merece una atenta revisión de su índice.
El primero lo firma Domenico
Moro y lleva por titular Terrorismo, cambio de alianzas y relaciones de
fuerza. Para el autor, tanto el atentado terrorista de fin de año en Estambul
como el de semanas antes en Ankara que le costó la vida al embajador ruso y el
de Berlín en las pasadas fechas navideñas, están relacionados con lo que ha
pasado en Siria. Sostiene Moro que la Federación Rusa ha bloqueado en ese país
una agresión imperialista occidental por primera vez desde la desaparición de
la URSS.
Entre la mentira y la infamia es el título del texto que
suscribe Eduardo Luque, un análisis
muy pormenorizado acerca de la manipulación política y mediática llevado a cabo
con el conflicto sirio en occidente. El esfuerzo de enmascaramiento de las
verdaderas intenciones de los países implicados ha sido enorme y aparentemente
exitoso, bajo el señuelo de las supuestas primaveras árabes afloradas como por ensalmo en diversos países
del norte de África. Algunos intelectuales de prestigio como Santiago Alba han
mordido ese anzuelo, según Luque, y continúan negando la evidencia. Las conclusiones
que establece el autor al final de su artículo son al menos inquietantes. Al
apoyar esa guerra la Unión Europea va camino de convertirse en una pesadilla,
pues al flujo migratorio y a la posibilidad de un incremento del terrorismo en
el viejo continente, los gobiernos responsables de ese conflicto aplicarán una
mayor represión política y social que podría acabar con los derechos y
libertades públicos, con un alza ya perceptible de los partidos xenófobos y
racistas.
Otro tema muy interesante que se toca en este número de la
revista es el del hijo secreto de Marx, con una entrevista al autor de lo que
él califica como novela documental por basarse en cartas y documentos
relativos a Freddy (Marx) Demuth, hijo bastardo de Karl Marx y Helene Demuth.
Juan Carlos Ruiz Franco ha publicado su libro en ediciones Dyskolo y ha partido
para su obra del hallazgo por parte de Werner Blumenberg en 1962 de una misiva de
Louise Freyberger, asistente de Engels en su ancianidad. En la novela se
destaca el papel de la madre de Freddy, responsable de que sobreviviera la
familia Marx a la muerte de éste.
La publicación también hace memoria de la periodista y
escritora Montserrat Roig (1946-1991), gracias al libro de Aina Torres La memòria
viva, en el que se subraya no solo el valor literario de muchos de los 40
libros que dejó escritos, sino su muy activa dedicación profesional en diarios
y revistas, entre la que sobresale su adelantada crónica de la memoria
histórica en 1977 Els catalans als camps nazis.
Higinio Polo nos habla esta vez de los avatares de los
artistas cubistas durante la llamada Gran Guerra, de la que se declararon
partidarios en su mayoría, con fotografías de algunos de ellos como Apollinaire
o Braque vestidos de uniforme. El segundo llegó a sufrir graves heridas en
combate. Juan Gris abandonó París por miedo a la artillería alemana y nuestro Picasso
ejerció de previsor sacando su dinero del banco en cuanto percibió la inmediatez
de aquella gran tragedia.
Es de resaltar asimismo, en el último número de El topo, el
rescate de un artículo de Norma Mastrorilli y Luis Pasamar sobre Lou Andreas
Salomé, publicado en 1978, en el que se revisan las relaciones entre esa mujer
a no dudar fascinante y los filósofos Paul Ree y Friedrich Nietsche, con
referencia también a las que mantuvo apasionadamente con el joven poeta Rainer
María Rilke. El texto termina contando
el nuevo triángulo formado con Sigmund Freud y Victor Tausk, cuando ya Salomé
había cumplido cincuenta años.
DdA, XIV/3462
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