Félix Población
Aunque a la cadena SER haya que ponerla en cuestión a raíz de las
depuraciones verificadas con algunos de sus mejores colaboradores, siempre hay
que tener en cuenta una encuesta como la que hoy ha dado a conocer ese medio.
Según la misma, el PP mantiene un 32 y pico por ciento de votantes, mientras
que el PSOE sustituye en el segundo puesto a Unidos Podemos, con solo poco más
de un punto de diferencia (21,8, 20,5).
Eso quiere decir que la encuesta, llevada a cabo entre el 31 de enero y el 6
de febrero, con toda la bronca cuajada en el partido morado, ha acusado este
percance y que el PSOE se ha beneficiado del mismo como no podía ser de otro
modo. Me resisto a creer que esta mínima variación a favor del Partido
Socialista se deba a los méritos de la comisión gestora, a la acomodaticia
labor parlamentaria de sus congresistas o al renacimiento incluso de Pedro Sánchez como candidato a
las primarias, pero desde que Javier Fernández El Mudu ocupa el primer lugar
entre las preferencias políticas del respetable, se puede pensar cualquier
cosa.
Tampoco creo que vaya a contribuir a mejorar la imagen del PSOE un señor
como Mario Jiménez, portavoz de la comisión traidora, cuyo currículum -al igual
que el de no pocos políticos a la vieja usanza- desconoce el ejercicio de
cualquier tarea profesional. Muy joven llegó a secretario general de las
Juventudes Socialistas de Huelva, de ahí paso a ser concejal y de concejal a
parlamentario andaluz, presidente del grupo socialista, vicesecretario del PSOE
de aquella región, senador, vicepresidente de Cajasol y portavoz del grupo
socialista en el Parlamento de Andalucía.
¿A qué puede aspirar una persona que se ha hecho político profesional a lo
largo de más de veinte años, una vez llegado a la sede del PSOE y formando
parte del equipo que acabó con un secretario general elegido por la militancia
mediante un golpe de la baronía rampante, si no es a seguir la apoltronada senda
por donde han ido quienes le han precedido en el ejercicio de la política como
peana de sus ambiciones y privilegios?
Este señor, que en 2011 calificó de fascistas a los funcionarios andaluces adscritos a
sindicatos por convocar manifestaciones, es el mismo que dijo tras conocer los
resultados de la asamblea de Podemos que en ese partido habia ganado el
pablismo-leninismo, lo que significa un giro hacia la extrema izquierda. A lo
que añadió este pensamiento propio de Rafael Hernando: Las juventudes comunistas han tomado Podemos de una manera clarísima y
todo lo que teóricamente venía a representar Podemos, un partido nuevo
que recogía la indignación que se produjo en 2011, al final ha quedado
en nada.
Yo no sé qué se puede esperar de un caballerete de esta guisa, militante
del Partido Socialista Obrero Español, pero creo que desde la portavocía de la
comisión gestora no se puede dar un más claro indicio de que entre el PSOE de la baronesa Susana -que tal comisión auspicia- y el
que anuncia su exsecretario general no puede haber ningún entendimiento, por lo que si Sánchez venciera en las primarias sería muy previsible una ruptura del partido.
La radicalidad -según mi estimado paisano Goti del Sol, al que a veces copio con gusto- consiste en implantar políticas que desestructuran la
sociedad, ahondan en las diferencias económicas y ponen en peligro los sistemas
públicos de sanidad, educación o justicia. Retraen los recursos a los que más
lo necesitan y lo entregan a las grandes corporaciones y a la banca. Mariano
Rajoy y Susana Díaz son un ejemplo de radicales. Moderado es tratar de limar
las diferencias, intentar que los ciudadanos no se queden sin casa, puedan
pagar la luz y tengan unos recursos básicos que les permitan vivir con
dignidad.
PS.- El mismo día en que el Partido Popular se siente en el banquillo de los acusados por corrupción, su portavoz Casado dice que al PP le importa Europa y a Podemos el cannabis. ¿Portavoces o portavómitos?
DdA, XIV/3468
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