Félix Población
No creo que sea una impresión personal. Para
comprobarlo objetivamente habría que comparar en pantalla las dos entrevistas.
Me refiero a la que hace una semana le hizo Ana Pastor a Pablo Iglesias y la
que ayer pudimos ver en El Objetivo con Íñigo Errejón. Tengo el
convencimiento de que la periodista fue ayer mucho más morigerada con su invitado
que con el líder de Podemos, sin que las interrupciones de las respuestas se
prodigaran tanto como con Iglesias y
doña Ana remarcara de continuo el ceño y el rigor de sus lindos ojos.
Señalado esto, se refirió el hasta ahora
secretario político del partido morado en un determinado momento de la charla a
la inexistencia de conspiraciones en el interior de la organización, si bien en
otro momento aludió a Juan Carlos Monedero –cuando este planteó en condicional
la posibilidad de que Errejón se presentara a secretario general si es que
tenía afanes de liderazgo- como
sembrador de cizaña.
Esto me hizo recordar lo que ocurría en el seno
de Podemos hace exactamente un año, antes de someter a las bases del partido
qué hacer ante la candidatura de Pedro Sánchez a la investidura en connivencia
con Ciudadanos. No quiso Ana Pastor incidir demasiado en la cuestión cuando le
preguntó a Íñigo por la llamada operación jaque pastor. El secretario político
se limitó a negarla, pero fue en enero de 2016 cuando personas afines al
entorno del secretario general detectaron una serie de mensajes en Telegram
suscritos por el entonces secretario de organización, Sergio Pascual. Pretendía
éste un cambio de dirección del partido en Madrd, que podría derivar en un mate
a Iglesias en el próximo congreso del partido. Pascual, segundo de Errejón, fue cesado.
Pareciera, por lo dicho, que si las desavenencias
no fueron a más se debió a la entente amistosa entre el secretario general y el
secretario político, si bien los equipos más próximos a uno y otro mantienen
posiciones un tanto enfrentadas, que mediáticamente se resumen ahora en un partido de
resistencia por parte de los pablistas y un partido más pactista por parte de
los errejonistas.
Todo se dilucidará en una semana, pero aunque
Errejón haya camuflado sus objetivos en ese tramposo cartel que dice Vota
Equipo Íñigo/vota Pablo Iglesias SG, mucho nos tememos que la estrategia obedezca tanto
al temor a ser derrotado en Vistalegre 2 como al de creer que Podemos sin Pablo Iglesias como
secretario general perdería mucho fuelle. Lo que sí está
claro, como en el ajedrez, es que si Errejón gana, Iglesias renunciará a la
secretaría general. Todo un jaque doble.
+@Léase: Todo vale en Podemos, por Manuel Monereo, Cuarto Poder:
Hemos pasado del “todo vale contra Podemos” al “todo vale en Podemos”.
Es una dialéctica terrible que se auto alimenta y que deja a la
formación morada al borde del precipicio. Pensábamos que lo habíamos
visto todo: no es así y me da la sensación de que no será así en los
próximos días.
DdA, XIV/3460
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