miércoles, 18 de enero de 2017

NUEVE FALLECIMIENTOS Y UN COMA CEREBRAL EN LA INSTRUCCIÓN DE LA GÜRTEL


El articulista nos recuerda, a propósito del nuevo Bárcenas presenciado en los tribunales, el raro episodio de un falso cura con alzacuellos y todo que asaltó la vivienda del extesorero del Partido Popular con un pistolón del año del pedo y el no menos raro caso de los hasta nueve fallecimientos y un coma cerebral que han entorpecido hasta el día de la fecha la instruccion de la llamada trama Gürtel. Ahora el Bárcenas nos dice que el PP no tenía nada ver con el dinero negro suizo y que los 47 millones de euros era una provisión personal para su fondillo de pensiones. Advertirán quienes hayan escuchado al tal Bárcenas que el tipo se sabe su papel tan de memoria que se diría lo ha ensayado repetidas veces, pues no hay vacilación alguna en su nueva versión, fruto posiblemente de un pacto con Génova. Conviene revisar, ante la misma, lo que consta en las hemerotecas: Rajoy -leemos en Eldiario.es del 17 de enero de 2013- aparece vinculado a Luis Bárcenas en la documentación interna del Dresdner Bank, el banco de las cuentas en Suiza donde el extesorero del PP controló al menos 22 millones de euros mientras ocupaba puesto de máxima responsabilidad sobre el dinero del partido, según la Audiencia Nacional. El informe está firmado por Info4c, una compañía suiza que mantiene una base de datos sobre "PEPs": "Politically exposed persons", es decir, personas de relevancia política y, por tanto, exposición pública.- Lazarillo

David Torres

Los ingenuos que todavía esperaban que Bárcenas llegara al juicio no con un ventilador, sino con un molino de viento o con un verdadero helicóptero de mierda para tirar abajo el gobierno, el PP y lo que hiciera falta, se han visto decepcionados con el personaje que el ex tesorero ha sacado a la palestra. Esperaban al coronel Kilgore desayunando napalm por la mañana, arrasando Génova a base de grabaciones. O bien a un yihadista económico con un cinturón de cuentas dispuesto a inmolarse llevándose a medio partido por delante. Sin embargo, se han encontrado con un pensionista. Un hombre tranquilo que ha aparcado sus diferencias con sus ex camaradas y que ha decidido plantar una defensa numantina y solitaria al estilo del último mohicano.
Probablemente los ingenuos hayan olvidado que el 23 de octubre de 2013 un individuo asaltó la casa de Bárcenas, maniató a su esposa, a su hijo y a su asistenta, y les exigió que le entregaran los dispositivos donde supuestamente almacenaba la información con la contabilidad del partido desde 1990. El hombre, disfrazado de cura, con alzacuellos y todo, se hizo pasar por funcionario de prisiones, iba armado con una pistola del año del pedo con munición de fogueo. Tras reducirlo y apresarlo, se descubrió que se trataba de Enrique Olivares García, un estafador con varios antecedentes policiales y fichado por la Interpol. No le sirvieron de mucho ni la eximente de perturbación mental ni la de embriaguez y acabó condenado a 22 años de cárcel. Las balas eran de fogueo, la sotana era de fogueo y la excusa para entrar era de fogueo, pero el asalto fue auténtico, tan auténtico que la mujer gritó aterrorizada y la asistenta tuvo que ser atendida con un ataque de ansiedad.
Según fuentes policiales, Olivares García era un lobo solitario que actuaba por su cuenta; llegó a Madrid obsesionado con la idea de “solucionar los problemas de España”. El incidente parecía una chorrada estrambótica, sin embargo, puesto sobre el tablero de la Gürtel arrojaba sombras inquietantes. Había que reconocer que la historia del asalto sonaba rara, muy rara, casi tan rara como los nueve fallecimientos y el coma cerebral que han entorpecido la instrucción de la trama Gürtel hasta la fecha. Uno a uno cada caso tiene su explicación: todos juntos tienen otra. Entre suicidios, accidentes y defunciones por causa natural, parece que lo natural para los imputados o relacionados con este pudridero es morirse.
De manera que tampoco es necesario estrujarse mucho la mollera para concluir por qué Bárcenas ha planteado ahora otro tipo de estrategia. Una defensa más amable, menos abrupta, una elegante manera de comérsela doblada entre una tortilla de sinónimos y neologismos. El lunes declaró que Mariano había cortado la relación con Correa en cuanto el presidente se enteró, gracias a un empresario amigo, de las actividades ilícitas en que andaba metido el cabecilla de la Gürtel. El martes volvió a asegurar que el PP no tenía nada que ver con el dinero negro suizo, que sólo era un dinerillo que había ido acumulando con el fin de ahorrar para un fondo de pensiones. 47 millones de euros. El año pasado, tras el batacazo en las municipales, Mariano dijo: “Hemos pagado un precio muy alto, altísimo, por el comportamiento de los que considerábamos nuestros compañeros”. Fin de la cita.

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