lunes, 7 de noviembre de 2016

VERGONZOSO TRATAMIENTO INFORMATIVO DE UNA BODA CIVIL EN "LA NUEVA ESPAÑA"

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 Carta de la madre de Andrea Álvarez Rodríguez

Fernando Villacampa Úcar

La coincidencia de apellidos entre uno de los filósofos más influyentes del siglo XX (Karl Marx) y uno de sus humoristas, actores cinematográficos y escritores más geniales (Julius Henry Marx, conocido universalmente como Groucho Marx) ha dado pie para la creación del neologismo "grouchomarxismo", que viene siendo utilizado con más o menos gracia y oportunidad desde hace décadas: yo creo haberlo leído por primera vez en un artículo de Manuel Vázquez Montalbán, allá por los años sesenta o los setenta.

Por su parte, Eduardo Inda es un excelente periodista de investigación al que debemos importantes revelaciones sobre chanchullos y fechorías de políticos de diversas layas; pero, a diferencia de Groucho, tiene poco de humorista. El hombre no se caracteriza precisamente por su gracejo y salero en los ataques y denuestos a personas y grupos que no gozan de sus simpatías. Más bien suele resultar faltón y pesado.

LA NUEVA ESPAÑA del día 4 de noviembre publica una crónica, firmada por Pablo González, que, bajo el titular "Somos, boda 'grouchomarxista'", da cuenta del casamiento civil celebrado en el Ayuntamiento de la capital entre Fernando Villacampa Casillas y Andrea Álvarez Rodríguez, ambos pertenecientes a Somos Oviedo. Fue un acto entrañable y alegre, en el que todos los asistentes (unos pocos) nos lo pasamos la mar de bien. Pero no acabo de entender el porqué del titular. Se diría que el cronista, puesto en plan "eduardoindiano", decide, con más mala baba que auténtico sentido del humor, dirigir sus gracietas hacia un grupo político al que parece atribuir filiación marxista y que, a lo que se entrevé, no le cae demasiado bien. Cosa a la que está en su perfecto derecho. Pero no se me alcanzan las razones para tildar de "grouchomarxista" un acto que fue discreto, nada publicitado, casi íntimo, salvo por los emotivos sones de la gaita (por cierto, bien templada y nada estridente) con que recién casados y asistentes fueron saludados a la salida del Ayuntamiento. Me pasa como con Eduardo Inda, que a veces, de retorcidos que son sus argumentos, no los entiendo.

Sin más autoridad moral que la de mis bastantes años, me permito aconsejar al que presupongo joven periodista que imite al maestro Inda en el rigor de la documentación, pero no en la pretensión de hacer gracia a base de echarle sal gorda a un guiso que no la requiere.

Fernando Villacampa Úcar.- Oviedo

Lazarillo

Este texto de Fernando Villcampa, padre del novio, y el estampado en primer lugar, firmado por la madre de la novia, fueron publicados por el diario La Nueva España y son ambos réplica al que referencia el siguiente enlace, cuyo tratamiento sectario y seudoinformativo de una boda civil debería avergonzar a esa cabecera, al redactor que firma la crónica y a los cargos directivos del citado periódico, cuya animadversión hacía el partido de los contrayentes resulta obvia y puede que mereciera mayor contundencia en la respuesta por parte de los respectivos firmantes. Desde que LNE pertenecía a la antigua Prensa del Movimiento no habíamos leído cosa tal, propia ahora de la escuela pantufla, al parecer no sólo sin enmienda sino con la bilis cada vez más extensiva  a bote pronto, según consta http://www.lne.es/ oviedo/2016/11/04/boda- grouchomarxista/2008015.html


DdA, XIII/3380

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