domingo, 2 de octubre de 2016

SUSANA DÍAZ, LA CUSTURERA DEL "ERE", HARÍA VOLVER A PABLO IGLESIAS (POSSE) AL CEMENTERIO A "TUMBA ABIERTA"

Ana Cuevas

Lo que acaba de suceder con el Partido Socialista es la crónica de un suicidio anunciado. El PSOE llevaba décadas desprendiéndose de su esencia primigenia. Ocupando, en el diabólico sistema bipartidista, el papel del mal menor. Hace tiempo que emprendió el galope a lomos del Ibex35. Mas no nos engañemos, también Pedro Sánchez compartía esa montura. Pero por lo visto, se niega a espolear con la saña flamenca de una Susana Díaz o el cínico sadismo de un tal Felipe González. No tiene suficiente cuajo para traicionar un partido fundado hace siglo y medio con el propósito de representar la voz de las obreras y obreros españoles. La voz de la izquierda.
 Si Pablo Iglesias (el coletas no, el otro) levantara la cabeza y viera lo que estaba pasando en su partido, si supiera de los "eres" y diretes sobre sus dirigentes, de los muertos encalados en el armario del olvido, de la deslealtad con la que se posicionan frente a la clase trabajadora, de su deriva irrefutable a alinearse con el capital... Si hubiera visto la masacre intestina que se ha vivido estos días en Ferraz, seguramente volvería al cementerio a "tumba abierta". Pero de momento, los únicos que patalean sobre la tumba del PSOE son sus militantes que comprueban que la democracia interna era una quimera más falsa que un unicornio azul.
Mientras las bases socialistas se desangran por culpa de una reyerta a muerte entre barones, principitos y costureras diabólicas, Rajoy descorcha un buen champagne francés. Nada de cava. Ahora no toca que le relacionen ni tangencialmente con los nacionalismos. Cuando ha tocado, ni PSOE ni PP han tenido pudor alguno en bailar la sardana tomados de la mano de los separatistas. Pero en este país no cuenta nada la coherencia ni la memoria. Y mucho menos la decencia.
Susana Díaz ha cumplido su amenaza de remendar el roto. Eso sí, en vez de usar una aguja, esta hembra rociera criada a los pechos de F. González, ha empleado un machete. La cosa no está para bodoques ni florituras. La pérfida Susana ha decapitado a Pedro el Bello sin despeinarse el flequillo. Demasiado gore para la sensibilidad de algunos. Pero Pedrito se estaba poniendo muy tontito con eso de que no es no. Ese no era "el plan". Ya lo dijo un decepcionado Felipe González.
Sin ser la bruja Lola ni poseer ningún don extrasensorial (y apenas vida sensorial), me voy a atrever a hacer un vaticinio: Mariano Rajoy saldrá investido como presidente del gobierno gracias a la abstención socialista a finales de octubre. Las costureras milagrosas se han puesto a remendar el roto a toda hostia. Pero no el roto ideológico que está destripando a su partido. Lo que zurcen a puñalada limpia es el descosido por el que se les podía colar el verdadero cambio. Los modistillos y modistillas socialistas están más cómodos con Rajoy en la Moncloa que con cualquier engendro del demonio que pueda gestar la nueva izquierda. Son parte del engranaje del sistema y lo defienden con fiereza. Aunque, como un Saturno enajenado, acaben devorando a sus propios hijos.
De momento la izquierda se fractura aún más y la derecha saca rédito. Doña Rita podrá sestear tranquila en el Senado mientras la vida sigue igual para los carteristas y chorizos habituales. Susanita y sus palmeros han cosido a sangre y fuego la única posibilidad de que algo empiece a cambiar de verdad en este país. Es un pacto entre dos bandas. Una entente cordiale para saquear el territorio y el patrimonio de todas y todos. Quizás sea verdad que de toda crisis se puede sacar una catarsis. Pero de lo que estoy cada vez más segura es que el camino del cambio será una carrera de fondo. Yo por si acaso, voy a ir haciendo los estiramientos. A ver si llego.

DdA, XIII/3351

1 comentario:

Anónimo dijo...

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