viernes, 2 de septiembre de 2016

EXHUMADOS MOLA Y SANJURJO, QUEDAN PENDIENTES FRANCO Y JOSÉ ANTONIO

Félix Población

El Ayuntamiento de Pamplona, bajo la alcaldía de Bildu, ha decidido por fin aplicar la Ley de Memoria Histórica, aprobada hace nueve años y eludida durante este tiempo por el partido Unión del Pueblo Navarro -aliado del Partido Popular- que gobernaba aquella ciudad. De la llamada Cripta de los Caídos, ubicada en la nueva Plaza de la Libertad, serán desalojados los restos de los generales felones Mola y Sanjurjo, junto a los de otros seis ciudadanos enterrados también allí.

La decisión fue respetada por todos los descendientes de las personas inhumadas, salvo por los del general José Sanjurjo, según leo. Tanto los restos de Emilio Mola como los José Sanjurjo fueron trasladados a esa cripta en 1961, dos años después de la apertura al público del Valle de los Caídos. Del primer militar es de hacer constar sus reiteradas y conocidas apelaciones a la represión violenta a la que debería recurrir el llamado Movimiento Nacional, consigndas según las citas que siguen y que de modo tan fidedigno fueron cumplidas por los vencedores de la crudelísima guerra de los tres años:

"Se tendrá en cuenta -dejó dicho Mola- que la acción ha de ser en extremo violenta, para reducir lo antes posible al enemigo, que es fuerte y bien organizado. Desde luego serán encarcelados todos los directivos de los partidos políticos, sociedades o sindicatos no afectos al Movimiento, aplicándoles castigos ejemplares, a dichos individuos para estrangular los movimientos de rebeldía o huelgas".
"Es necesario crear una atmósfera de terror, hay que dejar sensación de dominio eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todo el que no piense como nosotros. Tenemos que causar una gran impresión, todo aquel que sea abierta o secretamente defensor del Frente Popular debe ser fusilado".

"No hay aquí otro camino que llevar las cosas hasta el final, hasta el aplastamiento del adversario”; “¿Parlamentar? ¡Jamás! Esta guerra tiene que terminar con el exterminio de los enemigos de España”; “En este trance de la guerra, yo ya he decidido la guerra sin cuartel (…) A los militares que no se han sumado al Movimiento, echarlos y quitarles la paga. A los que han hecho armas contra nosotros, contra el ejército, fusilarlos. Yo veo a mi padre en las filas contrarias y lo fusilo”. “El arte de la guerra yo lo definiría así: Es el medio de juntar veinte hombres contra uno y, a ser posible, matarlo por la espalda”.

En cuanto al general Sanjurjo, es preciso recordar lo que tantos seudohistoriadores revisionistas olvidan o tergiversan para justificar el injustificable conflicto armado y la ulterior dictadura: que en agosto de 1932, un año y pico después de la proclamación de la segunda república, Sanjurjo protagonizó un golpe de estado, por el que fue en principio condenado a muerte, si bien durante el gobierno conservador del segundo bienio republicano (el llamado bienio negro) le fue conmutada la pena capital, pasando a residir en Portugal, dispuesto -como se vio- a repetir la faena en 1936. Lo previsto era que Sanjurjo se trasladara por vía aérea a la zona sublevada para encabezar el nuevo golpe de estado, pero su avión sufrió un extraño accidente el 20 de julio que puso a Franco al mando único del mismo, cuca cabeza formaban los tres generales.

Coincidentemente, también falleció en un accidente de aviación durante la Guerra de España el general Emilio Mola, el 3 de junio de 1937. Ambos gozaban hasta ahora de un lugar de honor erigido en su memoria, más de cuarenta años después del fallecimiento del dictador Franco, que sigue enterrado bajo la gran cruz del Valle de los Caídos sin que nadie se atreva a poner en marcha lo que acaba de ocurrir ahora en Pamplona con tanto retraso, gracias al nuevo Ayuntamiento de la ciudad (Bildu en coalición con Geroa Bai, Aranzadi e Izquierda-Ezkerra) y al voto de los ciudadanos, por tanto.

“No se trata de revanchismo, ni de favorecer a unos o a otros, sino más bien de cumplir la legalidad vigente y de hacer justicia con una parte de nuestra historia”. Con esta explicación, el alcalde de la capital navarra, Joseba Asirón, anunció la intención del consistorio de clausurar el cementerio de la cripta del Monumento a los Caídos de Pamplona. La exhumación de los restos de las ocho personas enterradas allí tendrá lugar el próximo mes de noviembre, sin que se haya especificado la fecha. Podría ser el 20 de ese mes.

Únicamente los hijos y nietos del general Sanjurjo, a los que como a los descendientes de los demás se les hará entrega de los restos de sus familiares para su enterramiento privado, han mostrado su diconfirmidad, alegando que la exhumación constituye una vejación a la familia y a la memoria del militar reiteradamente felón. Para los vencidos, los honores a la memoria de ese militar y su compañero Mola han supuesto la permanencia hasta hoy en día -en fosas y cunetas sin nombre- de miles de republicanos, asesinados y enterrados como alimañas por el franquismo. 
 
DdA, XIII/3352

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