Fernando de Silva
Cuando
se mezcla la hipocresía de la casta con la manipulación de los medios
informativos, podemos encontrarnos situaciones esperpénticas que no
tienen otro objetivo que destruir a un enemigo político, en este caso al
Secretario General de Podemos, creando confusión entre los ciudadanos
que ignoran el contenido de las normas legales aplicables y creen ver en
esa situación una irregularidad, a todas luces inexistente. Y en esa
confusión creada, Pablo Echenique se siente culpable y pide disculpas,
cuando no ha cometido ninguna ilegalidad, y se trata de una cuestión
puramente moral, de la que ni tan siquiera debe sentirse culpable, por
cuanto es una consecuencia más de la denigración que ha sufrido la Ley
de Dependencia de manos del gobierno del Partido Popular.
Tan
solo puede cuestionarse el hecho de que conociese que su asistente no
estaba dado de alta en la Seguridad Social y no declarase las
percepciones recibidas. Pero Echenique no está obligado a hacerlo, ni es
de su responsabilidad que aquél declare o no sus emolumentos a la
Agencia Tributaria. Es más ni tan siquiera puede calificarse de "negro"
el dinero entregado para abonar su salario, si ha sido obtenido de forma
legítima, y esto último nadie lo ha puesto en duda.
Si
después de las investigaciones minuciosas sobre su persona y
actividades, a las que sin duda estará sometido por parte de sus
enemigos políticos, lo único encontrado es la denuncia pública a la que
está siendo sometido en los últimos días, los niveles de honestidad de
Pablo Echenique superan con creces la media de nuestra sociedad, muy
lejos de los niveles de corrupción mafiosa del Partido Popular, que muy
pronto tendrá que sentarse en el banquillo por romper a martillazos el
disco duro en el que se supone se ocultaba la información sobre su
financiación ilegal, que es una forma más de robar a todos los
ciudadanos.
Por
si alguien tuviese alguna duda sobre el cumplimiento de Pablo Echenique
de la legalidad vigente, la ausencia de cualquier denuncia o
investigación contra su persona, tanto ante la Seguridad Social como en
la Agencia Tributaria, así lo corrobora. Pero en una sociedad como la
nuestra vale todo con tal de desprestigiar a los políticos de nuevo
cuño, y así nos va.
SinLaVenia DdA, XIII/3332
No hay comentarios:
Publicar un comentario