lunes, 30 de mayo de 2016

EL SPOT DEL VAGO DE LA COLETA

Un actor con coleta en el spot de Ciudadanos.
Félix Población

Recientemente, Jordi Évole reveló en Al rojo vivo, el programa matinal de La Sexta que como el de Cuatro parece un carrusel de corruptelas, que habrá un cara a cara entre Pablo Iglesias y Albert Rivera, pero que en esta ocasión no será en el bar del Tío Cuco en Nou Barris (Barcelona), sino en un lugar aún por determinar. Évole considera, con el agudo criterio que le caracteriza, que esta vez se va a tratar de un partido de vuelta muy interesante y ajeno al tono de colegueo de la vez anterior. 

A la vista y a la escucha de las cosas que se han venido diciendo en los últimos meses, en esta ocasión espera el periodista una mayor refriega en el debate, sin que se llegue a un tono bronco. Haría mal cualquiera de los protagonistas en caer en una pugna áspera, pero el líder de Ciudadanos está haciendo estas últimas semanas todo lo posible por buscar un cuerpo a cuerpo con Iglesias que podría enlodar esa discusión pendiente ante las cámaras. Se equivocaría Rivera, tal como hizo con su deplorable viaje a Venezuela, si en ese cara a cara volviera a recurrir a la complicada situación que vive aquel país para atacar a Podemos. 

Con todo, vista la precaria y a veces contradictoria argumentación en la que Rivera basa su discurso, es muy probable que don Albert vuelva a las andadas. Tal como hemos visto y escuchado en el spot publicitario de Ciudadanos, hay en ese partido una manifiesta obsesión por centrar su propaganda electoral antes en la crítica al adversario político (Partido Popular y Podemos en este caso) que en dilucidar la identidad programática de lo que Ciudadanos es, más allá de los tópicos del cambio sensato y la regeneración política.

De todos modos, visto y escuchado el aludido spot, resulta de una pobreza creativa insultante para la inteligencia del ciudadano medio que los diseñadores del mismo hayan tenido que centrar en la figura de un ciudadano treintañero con barba y coleta, que al parecer es un vago y un gorrón, su mayor crítica a Pablo Iglesias, con el que el susodicho ciudadano parece identificarse a través de la frase que ponuncia: "El poder para la gente". Cabe pensar, ante esa simpleza parvularia y miserable en la elaboración de la propaganda electoral, que la misma se corresponde con la de un partido fundado a la sombra corrupta del Partido Popular y que sin cuya sombra no sería nada porque nada nuevo dice, salvo una anodina  sarta de tópicos.

DdA, XIII/3282

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