Félix Población
El diario El Mundo publicó ayer una entrevista con Tejero, el ex-teniente coronel de la Guardia Civil que pistola en mano escribió a finales del siglo XX una página propia del siglo XIX, remedo de la de Pavía. Gracias a la interviú -sumamente lacónica por parte del ya octogenario golpista-, me enteré de la intención de la editorial Planeta de ponerle a Tejero un cheque en blanco para publicar sus memorias, memorias que el ex-teniente coronel ya había escrito durante su reclusión, bien fuera en la cárcel Castillo de la Palma, sita en El Ferrol del ex-caudillo, o en las siguientes prisiones (Figueras y Alcalá de Henares) donde cumplió su condena. Esto lo contó Pilar Urbano en su día, allá por el año 2000. Lo cierto es que, en la entrevista publicada ayer, Tejero le dijo al periodista que su hijo -sin especificar cuál- quiere escribir un libro sobre él: "Le hace mucha ilusión, más que a ustedes, conocer la verdad, pero sus preguntas [las del periodista sobre la la verdad] son muy comprometedoras para mí". Puestos a buscar autor, desacarto al hijo militar de Tejero, que celebró con él una paella con motivo del trigésimo tercero aniversario del intento de golpe de Estado y que luego fue ascendido a coronel de la Guardia Civil. Más bien me inclino por el hijo sacerdote, párroco de una diócesis malagueña, que ya en 2009 publicó una carta en el diario ABC defendiendo la honradez de su progenitor. Creo que Ramón Tejero, que así se llama, tiene pendiente esa cita con las memorias de su padre para dar respuesta a muchas incógnitas. Y sobre todo, al tan lamentable como poco creíble papel que el film sobre el 23-F da a Tejero. Las memorias del ex teniente-coronel se publicarán algún día, posiblemente a la muerte de su protagonista, y Planeta lo sabe tanto como lo apetece.
DdA, XII/3220
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