Félix Población
La Abogacía del Estado defendió ayer que se archive la
acusación contra la Infanta Cristina por el caso Nóos
con el argumento de que el lema Hacienda
somos todos debe circunscribirse "al ámbito para el que fue
creado: el de la publicidad, exclusivamente como forma de concienciación al
país". La representante de la Hacienda Pública en la causa, Dolores
Ripoll, se alineaba así en una intervención cargada de intensidad con
la defensa de la hermana de Felipe VI, aludiendo al auto con el que el juez José Castro
decidió definitivamente sentar a la hermana de Felipe VI en el banquillo.
A la frase pronunciada por la mentada señora tengo el disgusto de añadir -a la vista de lo que el juicio dará de sí con relación a la infanta-, la que el padre de doña Cristina dijo en su discurso navideño de 2011 como Jefe del Estado. Si Hacienda somos todos es sólo publicidad y sólo sirve como forma de concienciación del país, ajena al parecer al proceder de doña Cristina en tanto que cooperadora necesaria por dos delitos fiscales de su marido, juzgue el avisado lector cómo calificar aquello de la justicia es igual para todos, teniendo en cuenta que -como dice Jesús Cacho hoy- el juicio a la infanta Cristina es el juicio a Juan Carlos I.
Es, en palabras de Cacho (Voz Pópuli), el juicio al que la sociedad española somete la conducta judicialmente punible y moralmente condenable de quien estaba más obligado que nadie a dictar norma de comportamiento, a ejercer como faro irreprochable de la nueva etapa histórica que se abrió al final de la dictadura de Franco, y que, por contra y de forma tan inaudita como injustificada, no hizo sino inaugurar el sueltos son los toros o el todo el monte es orgasmo, y en robando el rey robemos todos, parodia del marchemos todos juntos y yo el primero por la senda de una corrupción que ha terminado con el régimen del 78 exangüe, más muerto que vivo, y con la fe de los españoles en sus instituciones aterida, periclitada por la helada codicia de unas élites, una clase política que lo supo todo desde muy al principio y todo se lo consintieron, los Suárez, los Felipes, los Aznares…
El Ministerio de Economía y Hacienda ha elegido a la Infanta Cristina para protagonizar la campaña publicitaria de 2016. Bajo el lema “Hacienda sois todos”,…
A la frase pronunciada por la mentada señora tengo el disgusto de añadir -a la vista de lo que el juicio dará de sí con relación a la infanta-, la que el padre de doña Cristina dijo en su discurso navideño de 2011 como Jefe del Estado. Si Hacienda somos todos es sólo publicidad y sólo sirve como forma de concienciación del país, ajena al parecer al proceder de doña Cristina en tanto que cooperadora necesaria por dos delitos fiscales de su marido, juzgue el avisado lector cómo calificar aquello de la justicia es igual para todos, teniendo en cuenta que -como dice Jesús Cacho hoy- el juicio a la infanta Cristina es el juicio a Juan Carlos I.
Es, en palabras de Cacho (Voz Pópuli), el juicio al que la sociedad española somete la conducta judicialmente punible y moralmente condenable de quien estaba más obligado que nadie a dictar norma de comportamiento, a ejercer como faro irreprochable de la nueva etapa histórica que se abrió al final de la dictadura de Franco, y que, por contra y de forma tan inaudita como injustificada, no hizo sino inaugurar el sueltos son los toros o el todo el monte es orgasmo, y en robando el rey robemos todos, parodia del marchemos todos juntos y yo el primero por la senda de una corrupción que ha terminado con el régimen del 78 exangüe, más muerto que vivo, y con la fe de los españoles en sus instituciones aterida, periclitada por la helada codicia de unas élites, una clase política que lo supo todo desde muy al principio y todo se lo consintieron, los Suárez, los Felipes, los Aznares…
El Ministerio de Economía y Hacienda ha elegido a la Infanta Cristina para protagonizar la campaña publicitaria de 2016. Bajo el lema “Hacienda sois todos”,…
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DdA, XII/3182
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