Lazarillo
Se han venido diciendo muchas paridas a propósito de las innovaciones registradas en diversos municipios a propósito de las Reinas Magas, con Aguirre a la cabeza, visto su avanzado estado de desmesura. La más sonada quizá fue la de Cayetana Álvarez de Toledo y Peralta-Ramos, décimo tercera marquesa
de Casa Fuerte y diputada del Partido Popular, quien no podrá perdonar jamás a
Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, la decepción de su hijita a cuenta del vestuario de los magos de Oriente. Para este Lazarillo, sin embargo, la noticia más sintomática de la España que tenemos no está en esa variantes a propósito del asunto y que tanto han indignado a la caverna mediática y alrededores, sino en el contubernio entre Sonia Castedo, imputada por corrupción en los casos Brugal y Rabasa y sus Reyes Magos, amigos personales de la exalcaldesa de Alicante. Como Castedo los nombró en enero de 2015, antes de abandonar el cargo tras sus imputaciones, doña Sonia quiso dejar constancia del hecho en la fotografía que ilustra este comentario. Las identidades de los Magos alicantinos corresponden a Rafael Martí, presidente
de la Federación de Fiestas en Barrios de Alicante (FAFBA); Miguel Ángel
Leal, estilista de la Federación de Hogueras, y Manuel Jiménez,
presidente de la Federación de Hogueras y Barracas. Dejo a disposición del discreto lector la comparanza entre la imagen que abre este comentario y la que lo cierra, con ese rey mago de la isla griega de Lesbos, en cuyos brazos salvadores lleva un niño sirio, rescatado del mar por donde su familia quiso ir a la desesperada en busca del pan, la paz, el techo y la palabra. Todo lo que le robaron en su tierra en guerra.
DdA, XII/3177
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