miércoles, 30 de diciembre de 2015

SIN NOTICIA DE LA CORONA EN ASTURIAS EN LLAMAS

Lazarillo

La impactantes imágenes de los insólitos incendios que han salpicado toda la geografía asturiana días atrás, desde el pasado 19 de diciembre, me han hecho lamentar la ausencia de la más mínima alusión a esos hechos en el discurso de Navidad del rey Felipe VI, por muchos años Príncipe de Asturias. Cada año se entregan en Oviedo los Premios Princesa de Asturias, ocasión que sirve para celebrar la monarquía con el viejo sabor de antaño, entre populista y folklórico, pues no faltan las gaitas, los himnos y esa excitación de servidumbre arraigada entre los concurrentes ante la presencia de sus majestades. Los reyes visitan luego el pueblo ejemplar de Asturias, elegido para la ocasión, y dan testimonio allí de su campechanía bebiendo sidra, dando besos y estrechando las toscas manos del vecindario. ¿No hubiera sido elemental que quienes así se comportan una vez al año hubieran tenido el detalle de acordarse de esa Asturias en llamas, bien fuera en el discurso de don Felipe, visitando la región o enviando a su gobierno una mera nota de pesar por la tragedia? ¿Tan lejos le queda a la asturiana reina consorte el insólito desastre ecológico que ha sufrido  su tierra en pleno invierno y cuyas causas hasta ahora se ignoran?


DdA, XII/3172

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