miércoles, 9 de diciembre de 2015

JAVIER TORICES: EL MAR COMO VÉRTIGO SOSEGADO


Juan Carlos Gea

El mar es el protagonista absoluto de Vértigo sosegado, la muestra individual que el artista madrileño Javier Torices (1968) expone hasta el próximo día 15 en la galería Aurora Vigil-Escalera de Gijón, y con la que la sala regresa a la pintura de figuración realista que, junto a otros lenguajes plásticos y tendencias de corte más contemporáneo, se halla también en su programa desde su inauguración, hace ahora casi un año. El pintor había participado ya en las selecciones de Jóvenes Valores de la galería Van Dyck y ha viajado con Aurora Vigil-Escalera a varias ferias y certámenes.
A través de cuadros de mediano y gran formato, Torices hace gala de un virtuosismo extremo a la hora de representar con fidelidad casi hiperrealista todos los efectos plásticos posibles en el género de la marina: transparencias, reflejos, atmósferas, texturas y movimiento, con una especial habilidad para plasmar los destellos del sol y los distintos efectos de la luz sobre el agua. De hecho, Torices tiene una clara preferencia por las marinas luminosas, aunque la luz se modula de modo muy distinto en sus paisajes mediterráneos que en los Atlánticos o los Cantábricos, representados en Vértigo sosegado por sendas vistas del Sardinero santanderino o la playa de San Lorenzo.
Torices mezcla la sensibilidad para el instante propia y la resolución técnica de un pintor plenairista, que trabaja frente a frente con sus paisajes, con una precisión que proviene del uso de los recursos más actuales de la pintura acrílica, pero sobre todo del dominio del dibujo que está siempre en la base de sus composiciones. De ahí la prominencia que cobran en sus cuadros elementos como las rocas o la arena, o la forma en la que consigue esculpir el volumen en sus pinturas sobre oleaje, cuyo movimiento congelado justifica el paradójico título de la exposición. 

Asturias 24  DdA, XII/3151

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