martes, 27 de octubre de 2015

INVASIÓN DE IRAK: HAY MÁS POR LO QUE AZNAR DEBE PEDIR PERDÓN

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Félix Población

La presidenta del Partido Popular de Madrid y expresidenta a su vez durante muchos años de esa región, Esperanza Aguirre, es una fulera, esto es, una persona que miente más que habla y no tiene además reparo en hacerlo sobre uno de los hechos más graves que han ocurrido en las escena internacional en lo últimos años: la invasión de Irak. ¿Cómo es capaz esta señora de asegurar ayer que España, la España de su jefe Aznar, no estuvo en esa guerra? 

Lo afirmó con toda la jeta de cinismo que la caracteriza ante un corro de periodistas porque éstos creyeron oportuno preguntarle por el perdón que debe el expresidente del gobierno español, a semejanza del que pidió con vergonzoso retraso el exjefe del gobierno británico Tony Blair. Tanto Aznar como Blair dieron total validez a la información falsa de los servicios de inteligencia occidentales según la cual aquel país estaba en posesión de armas de destrucción masiva.

Aparte de lo que aquel conflicto comportó como gran masacre y  destrucción de un país, una información publicada por el diario El País el 17 de marzo de 2013, que llevaba por titular España en Irak: del error al horror, hace constar en sus primeras líneas la satisfacción de un alto mando de las Fuerzas Aramadas por la actividad desarrollada por miles de soldados españoles en el exterior, sin que hubiera nada de qué avergonzarse. Esa entradilla, sin embargo, da pie al vídeo difundido por el mismo periódico en el que se ve a cinco soldados de nuestra nacionalidad entrando en una celda:

"En el suelo, sobre una manta -leemos a continuación-, con dos botellas de agua a su lado, hay un hombre. Uno de los soldados le ordena a gritos que se incorpore. El hombre, postrado, no parece entenderle. A su lado hay otro detenido que a mitad de la grabación, que dura 40 segundos, es arrojado sobre el primero. Tres de los soldados la emprenden a patadas con ambos. Otros dos observan desde la puerta de la celda. Un sexto graba la escena. Uno de los militares los patea con especial saña. En dos ocasiones parece a punto de marcharse, pero se vuelve para descargar toda la fuerza de su bota sobre los cuerpos indefensos. De las víctimas solo se escuchan jadeos y gemidos. Un militar, que durante la paliza se ha quedado mirando desde el quicio de la puerta, comenta al final: "¡Jo! A este se lo han cargado ya".

La escena está grabada en Diwaniya, la base principal de las tropas españolas en Irak, en los primeros meses de 2004.

 DdA, XII/3117

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