sábado, 26 de septiembre de 2015

EL TORTURADOR PACHECO

Lazarillo
Debo reconocer, a pesar de las estresante ilustraciones musicales de fondo y el tonillo insoportable del narrador, que La sexta columna es un magnífico programa informativo, que ayer se adelantó a la fecha de los cuarenta años sin Franco con un no menos excelente programa sobre las víctima de aquel régimen. Gracias al que supongo haya sido un esfuerzo de paciencia e investigación, los reporteros de La sexta columna lograron dar con el domicilio de Antonio González Pacheco, alias Bily el Niño, uno de los pocos torturadores reconocidos que siguen viviendo entre nosotros. El señor Pacheco, tal como se dirigió a él un periodista de La Sexta, se toma todos los días sus prevenciones a la hora de salir de casa, según pudimos apreciar por las imágenes. Eso quizá quiera decir que en los últimos tiempos, a raíz de su comparecencia en la Audiencia nacional, algún tipo de desazón remuerde al terrorista, después de haber vivido estupendamente durante el régimen del 78. Leo:
En 1977, en pleno proceso de la Transición, pasó a ser inspector del Cuerpo Superior de Policía e integrado en la nueva Brigada Central de Información, tras la desaparición de la Brigada Político-Social. En esta época se destacó en la lucha antiterrorista contra el GRAPO, en especial por la liberación del Presidente del Consejo de Estado, Antonio María de Oriol, que había estado secuestrado por el GRAPO. En julio de ese año el ministro de la gobernación Rodolfo Martín Villa le concedió la Medalla de plata al Mérito policial. En 1981 fue trasladado a la Comisaría general de la Policía judicial, lo que se interpretó como una medida para «intentar mejorar la imagen de la Brigada Central de Información». Poco después, en 1982 abandonó la policía y desde entonces pasó a trabajar como jefe de seguridad para varias empresas privadas, como la Renault España.   El 18 de septiembre de 2013 la jueza argentina María Servini dictó orden internacional de búsqueda y captura contra él y otros cuatro antiguos miembros de las fuerzas de seguridad franquistas. La justicia argentina le reclama por un supuesto delito de torturas cometido contra trece personas entre 1971 y 1975, en base a una querella realizada por antiguos opositores a la Dictadura franquista. En vistas de una posible extradición, el 5 de diciembre la Audiencia Nacional le retiró el pasaporte y le ordenó presentarse cada semana en sede judicial. En abril de 2014 la Audiencia Nacional rechazó la extradición de González Pacheco, argumentando que dichos delitos de torturas se hayan "ampliamente prescritos", en oposición al razonamiento jurídico de la magistrada María Servini.
Si vergonzoso es para un régimen democrático la permenencia de miles de víctimas de la dictadura en fosas y cunetas sin nombre repartidas por todo el país, la figura del torturador Pacheco asomándose medroso e inquieto a la ventana de su domicilio antes de salir a la calle, denota hasta qué punto quienes han vivido muy bien durante todos estos años a pesar de tan negro pasado son auténticos referentes del clima de impunidad en que se labró el reinado de Juan Carlos I, porque es de asegurar que el tal Sánchez Pacheco sólo sintió esa desazón a partir de que una jueza argentina dictara orden de búaqueda y captura contra él. 



DdA, XII/3090

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