VAROUFAKIS A PIE DE ÁGORA

 

Lazarillo

Hay un pseudoperiodista por ahí, pululando por muchos platós de televisión que al parecer se honran con su presencia sin importarle su sectarismo, que califica al ministro Varoufakis de chulo cada vez que tiene ocasión. Es seguro que tan profunda capacidad de análisis sea similar a la que le provocarían las imágenes del ministro griego avanzando a pie, mochila al hombro, hasta el Parlamento de aquel país a través de la Plaza Sintagma. De seguro que calificaría ese paseo de populista, sin reparar en que los ciudadanos que aplauden y apoyan a Yanis Varoufakis a lo largo de ese breve tránsito son para muchos españoles motivo de la más sana envidia. Cuenta en su lúcido libro Pedro Olalla (Grecia en el aire. Herencias y desafíos de la democracia ateniense vistos de la Atenas actual, edit. Acantilado) que en la democracia ateniense el ejercicio de la función pública era un terreno para la realización del ciudadano como sujeto portador de la soberanía, era el tributo en responsabilidad y esfuerzo que éste pagaba por gobernarse a sí mismo, una prerrogativa de hombres libres y un servicio honroso al conjunto de la sociedad. 

+@¿Dónde está la claudicación? Carta de Alexis Tsipras a la Troika.

DdA, XII/3015