Félix Población
No tuve el disgusto de ver, ni en
directo ni en diferido, la rueda de prensa convocada ayer tarde por quien hasta
el pasado domingo se había creído aspirante a todo a partir de un libro
publicitario titulado La lideresa. Siempre
pensé que esa mujer sexagenaria, que durante su presidencia en la Comunidad de
Madrid se rodeó de corruptos, mostró su verdadera catadura chulesca, prepotente
y ancien régime el día en que no
soportó que unos agentes de movilidad de la capital del reino la multasen en la
Gran Vía.
Esperanza Aguirre montó ayer una
rueda de prensa a la desesperada, en un arranque más del carácter que la
singulariza como una de las políticas más mefíticas del Partido Popular. Entre
los más próximos se piensa que esa decisión obedeció a la reacción provocada en
la condesa consorte de Bornos por la entrevista con Manuela Carmena que el día
anterior difundió El Intermedio. Se llega a decir incluso que el llanto de
histeria con el que Aguirre encajó los resultados electorales, tuvo su bis en
el momento en que Carmena dijo en tono festivo -en referencia a las
mezquindades propaladas sobre ella por su adversaria- que siempre creyó en la
reinserción.
La rueda de prensa, sin embargo,
no obtuvo la respuesta apetecida, porque el guante lanzado al PSOE y Ciudadanos
para pactar la gobernación del Ayuntamiento de Madrid en contra de Podemos, con
Antonio Miguel Carmona como alcalde, obtuvo una contundente y negativa respuesta
por parte del candidato socialista.
Ha llegado a decir Aguirre que
cree en el compromiso de regeneración del PSOE, Ciudadanos y PP, y que el de
Carmona es “un programa electoral que compartimos”, sabiendo como le consta que
si en lo primero el lodo de la corrupción asfixia a su partido -tal como se desprende de la debacle del
domingo-, el programa de un folio de doña Espe no es comparable con el de Antonio Miguel
Carmona.
Para mí que con la rueda de
prensa de ayer, tan nula como indicativa del desespero que afecta a la lideresa
definitivamente finiquitada, puede empezar a poner en vía muerta a un personaje de la
política española de los últimos decenios cuyo ejemplo debe ser apartado de la
transición que viene. Creo que esa transición se inició en las urnas el pasado 24 de mayo. ¿Cómo habrá encajado Ruiz Galladón lo de Aguirre en su apartamiento? Igual hasta le han entrado ganas de volver.
PS.- El PSOE, de "indecente y totalitario" ha pasado a ser "clave para la construcción de España", según Esperanza Aguirre.
DdA, XII/3014
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