jueves, 9 de abril de 2015

BALTASAR GARZÓN CUENTA EL FANGO DE CUARENTA AÑOS


Félix Población

Leí en su día con mucho interés el libro del ex juez Elpidio Silva “La justicia desahuciada”, que aparte de muy revelador y documentado me pareció un trabajo muy bien escrito. No tiene tan buen estilo su colega de profesión y destino Baltasar Garzón, pero ha bastado el anuncio de su próxima obra -creo que la cuarta tras "Un mundo sin miedo"- para que sintiera personalmente una gran atracción por leerla, pues a priori se trata del proyecto más ambicioso que por ahora se ha escrito sobre la corrupción en España. Que lo haga quien fue un reputado juez, expulsado de la carrera injustantemente tras la condena de inhabilitación a la que fue condenado por el Tribunal Supremo, es una garantía añadida de interés.

“El fango”, título del libro, analiza los últimos cuarenta años de la historia de este país centrados en esa lacra, con capítulos tal interesantes y de vivísima actualidad como el que lleva por título “La persecución de los jueces por el Partido Popular”. No puede faltar en ese capítulo el "asedio" propiciado por el PP  al darse la coincidencia en el tiempo de hasta tres causas contra Garzón en el Tribunal Supremo: por las escuchas de 'Gürtel', investigar sin competencia los crímenes del franquismo y la realización de unos cursos en la Universidad de Nueva York.

Si se me preguntara, con todo, qué me puede interesar más de este nuevo libro de Garzón, que se presentará esta tarde en Madrid sin que el ex juez tenga previsto conceder entrevistas con tal motivo, puede que el asunto de la justicia partidista y corrupta me atraiga especialmente, pero mucho más me seduce conocer las entretelas del periodismo sucio, sobre las que "El fango" da al parecer bastante información. 

Garzón se pregunta, por ejemplo, qué ocurrió con los periodistas que estaban a sueldo del Ministerio del Interior, tras recordar que fue el ministro socialista Antonio Asunción quien le dijo que si algún día leyera las listas de profesionales de la información que cobraban de los fondos reservados se sorprendería. Es de prever que la profesión periodística en España salga muy mal parada del libro del ex juez, y la verdad es que necesitamos conocer las miserias y corruptelas que afectan también al oficio, dicen que tan decisivo para llevar a cabo la transición en España. 

Si nos atenemos a lo que “El fango” anuncia, la obra trata de poner al lector frente a la oscura realidad de “cómo la corrupción que crece, se acepta y se consolida en el franquismo, termina por afianzarse en nuestro país tras una transición demasiado benévola y una democracia tan permisiva como favorable con quienes sistemáticamente han traicionado la confianza del pueblo con mil trampas y aprovechamientos”. Lo dicho: hay que leer el libro.


                              DdA, XII/2971                               

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