martes, 11 de noviembre de 2014

ALFONO GRAU DEBERÍA HABERSE QUEDADO CON SU CHULERÍA EN LA BOCA


Félix Población

Ayer tuvimos oportunidad de asistir (virtualmente) a un espectáculo bochornoso protagonizado por el vicealcalde del Ayuntamiento de Valencia, Alfonso Grau, que asimismo es presidente del Patronato de la Fundación Turismo Valencia Convention Bureau. El señor Grau se niega a dimitir de su cargo público tras ser reimputado en el llamado Caso Noos. Tal negativa recuerda la de su compañero de partido en la presidencia de la Diputación de León, que también se negaba y hubo de hacerlo cuando ya había ingresado en la cárcel.

No es ese por ahora el destino de Grau, pero la audiencia de Palma de Mallorca considera de momento que el vicealcalde de la capital valenciana dispuso del dominio y control sobre la concertación y sobre el gasto destinado a los Valencia Summit, que supusieron un desembolso de más de tres millones y medio de euros de las arcas públicas, saltándose la ley de contratación pública en la organización de los mismos.La línea roja de Fabra es respetable pero yo tengo la mía", dijo ayer Alfonso Grau en la concurrida rueda de prensa que le sirvió para manifestar su negativa de dimisión, al tiempo que para mostrarse de la guisa que se puede apreciar en el vídeo adjunto.

La chulería del vicealcalde a las preguntas de los periodistas debería haber sido rechazada por los informadores con una retirada masiva de la sala, una vez consumada la primera de las impertinencias del señor Grau. Comprendo, sin embargo, que esa actitud de los profesionales de la información -propia de quienes defienden la dignidad del oficio- no cabe en unos tiempos en que la profesión está sometida a tantas servidumbres, entre ellas la de no contar con el apoyo de las direcciones de sus medios. 

Hubiera sido la respuesta más conveniente en el caso de la comparecencia en plasma del presidente del Gobierno hace meses y lo hubiera sido también ayer ante la desfachatez del vicealcalde de Valencia, que merecería al menos, por parte de las asociaciones profesionales de periodistas, una nota oficial de protesta. Actitudes tan deplorables como la de Grau merecen una contundente e inmediata repulsa que todavía no hemos tenido la oportunidad de leer. Quizá porque nos estemos acostumbrando a ese tipo maltrato, público, notorio y vergonzoso.

DdA, XI/2839

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