miércoles, 7 de noviembre de 2012

"LA EXCLUSIVA", UNA SARCÁSTICA CRÍTICA DEL PERIODISMO AMARILLO




Lazarillo

La periodista británica Annalena McAfee contrapone la vieja y la nueva escuela del periodismo en el thriller novelístico '¡La exclusiva!'. En esta primera novela de McAfee se narran las peripecias de una joven 'freelance' que debe entrevistar a una consagrada y vieja gloria del periodismo. Editada en castellano por Anagrama, la obra "enfrenta dos perspectivas culturales muy distintas y contrapone juventud y vejez ", reflejando una mutua incomprensión, según explicó la autora en la presentación del libro en Barcelona. McAffe, que ha trabajado como periodista durante más de tres décadas, fue directora cultural del Financial Times y fundó el suplemento literario de 'The Guardian', hace notar las carencias humanas de la protagonista anciana, así como las carencias de formación intelectual que afectan a la joven 'freelance'.

En la novela, Honor Tait es una afamada periodista que fue descrita en sus días de gloria y glamour como 'alto cociente intelectual con escote bajo', testigo y cronista de acontecimientos históricos como el golpe de Estado de Franco -al que entrevistó al inicio de la Guerra Civil- y considerada amiga-amante de Jean Cocteau, así como una asidua en las fiestas de Hollywood con Frank Sinatra y Elisabeth Taylor. Con la entrevista, la joven Tamara aspira a un puesto de trabajo fijo en la redacción de un tabloide británico, por lo que todo su empeño consiste en conseguir la máxima información acerca de la vida personal y privada de la vieja gloria del periodismo, satisfaciando así las expectativas del periodismo más amarillento.

McAfee, esposa del escritor Ian McEwan, resaltó en la presentación de su obra el destacado interés que tiene la prensa británica sobre la vida íntima de los escritores, algo que no es usual en el resto de países: "Lo único que les importa es con quién te acuestas y cuánto ganas". Sobre los encuentros y desencuentros de estas dos mujeres de diferentes generaciones y clase social, con una ética profesional y una visión del mundo muy distintas, se despliega esta novela de periodistas que quizá abunde en exceso en las particularidades del gremio con descripciones un tanto dilatadas, pero que alterna sabiamente la sátira con la intriga policiaca, la comicidad con la desolación, siempre en una clave de crítica sarcástica a los más caracterizados vicios y taras del oficio y de quienes negocian con los medios.

Esas dos mujeres representan la vieja y la nueva escuela periodística, pero también "dos perspectivas culturales y dos edades", según quiso significar la autora. La falta de ética de los medios de comunicación sensacionalistas y la enorme brecha que separa el periodismo serio del amarillismo son algunos de los temas que se abordan en el libro, cuya historia se desarrolla en el mes de enero de 1997, "cuando muchos todavía pensaban que Internet era una moda pasajera". Desde entonces, "las cosas han empeorado", afirma la periodista y escritora británica,  porque "la crisis hace cada vez más difícil encontrar el dinero necesario para hacer periodismo de investigación o periodismo de calidad que pueda llegar a tener un cierto valor literario". Su libro sí lo tiene.

Foto

DdA, IX/2.226

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