miércoles, 22 de febrero de 2012

A LOS 75 AÑOS DEL ASESINATO DEL HIJO DE "CLARÍN"


Félix Población

Se acaba de cumplir el septuagésimo quinto aniversario del fusilamiento de Leopoldo Alas y García-Argüelles (1883-1937), catedrático de Derecho Civil y rector de la Universidad de Oviedo (1931-1937), e hijo de Leopoldo Alas “Clarín”, autor de La Regenta y uno de los escritores más sobresalientes de la literatura española. Fue detenido cuando la ciudad pasó a ser controlada por el general Aranda, adicto al ejército franquista, y tras un año en prisión se le condenó a muerte, una vez celebrado el correspondiente consejo de guerra. Su asesinato tuvo lugar el 20 de febrero de 1937. Figura intelectual de gran prestigio, muy respetada por haber hecho de su universidad un lugar de referencia de la cultura española, Alas y García-Argüelles solicitó ante de su ejecución, como buen creyente, la asistencia de un sacerdote.

No hubo contra el rector ovetense ninguna acusación sólida, según Carmen García, profesora de Historia Contemporánea de la Universidad de Oviedo, especializada en la Guerra de España. Antes bien se dieron muchos testimonios a su favor, especialmente por parte de sus antiguos alumnos, que en todo momento rechazaron las imputaciones de proselitismo ideológico con las que sus verdugos pretendieron justificar su crimen. No fue asimismo cierto que Alas Argüelles no criticara los hechos ocurridos con motivo de la llamada Revolución de Octubre de 1934, pues la propia sede universitaria fue incendiada por los revolucionarios, según recuerda el historiador David Ruiz. El entonces rector condenó tanto a los insurgentes como a los represores.

Aparte de haberse comprometido desde el primer momento con la segunda República, en la que fue diputado y subsecretario de Justicia con el ministro luarqués Álvaro de Albornoz (1879-1954)-colaboró en la redacción de la ley de divorcio y fue defensor acérrimo del laicismo-, es muy de tener en cuenta la afirmación de Ruiz acerca del papel decisivo de la católica iglesia en el fusilamiento del rector. Considera el excatedrático de Historia Contemporánea que medio siglo después de la publicación de La Regenta, el alto clero no había digerido el supuesto contenido subversivo de la obra de “Clarín”. Por eso se dijo que en la figura de Alas y García-Argüelles habían pretendido matar la memoria de su padre.

La ejecución tuvo lugar a la seis de la tarde del 20 de febrero de 1937 en el patio de la cárcel modelo de Oviedo. Según dejó escrito el periodista Juan Antonio Cabezas, el pelotón de fusileros falló en la primera descarga. El hijo de Clarín fue rematado con un tiro de gracia: “Pared por medio del patio, en una dependencia carcelaria dedicada a las mujeres, que denominaban las Escuelas, se encontraban detenidas entre otras las esposas de Javier Bueno, de Amador Fernández, de Vallina, de Belarmino Tomás, de Mulero, de Oliveira y una maestra de Tineo llamada Teresa Vázquez». Estaban atentas porque se sabía que iban a fusilar al rector y le oyeron decir ante el pelotón «con una voz nerviosa, pero muy enérgica: "¡Mujeres que me escucháis al otro lado de esta tapia. Que ésta sea la última sangre vertida. Que sirva para aplacar los odios y las venganzas! ¡Viva la libertad!". Unos segundos después oyeron las descargas. Algunas gritaron sin poder contenerse "¡Asesinos!" Otras cayeron al suelo desmayadas».

Ahora, 75 años después de su muerte y transcurridos más de treinta desde la instauración de la democracia en España, el Partido Socialista ha propuesto al Ayuntamiento de Oviedo, gobernado por el Partido Popular, que el rector asesinado sea nombrado a título póstumo Hijo Predilecto de la Ciudad. Ahora, 75 años después y teniendo en cuenta que el hijo de Clarín a punto estuvo de ser inhumado en una fosa común, el juez Baltasar Garzón espera sentencia del Tribunal Supremo por haber pretendido investigar ése y miles de crímenes más cometido por el franquismo, cuyas víctimas siguen enterradas sin seña en fosas y cunetas repartidas por el país . Ahora, 75 años después de aquel asesinato y transcurridos más de treinta desde la instauración de la democracia, todavía perdura la simbología franquista en la institución académica que el rector asesinado por el franquisimo presidió en la más brillante etapa intelectual de su historia.

PS.- Hace algo menos de dos años falleció en Oviedo, a los 86 años, la hija del rector asesinado, María Cristina García-Alas, que durante toda su vida evitó guardar rencor por la muerte de su padre. "Prefiero ser víctima antes que verdugo, porque lo contrario -dijo una vez- debió ser terrible".

+@Memoria y destino

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